Te hago un listado de cosas, las indispensables que quiero tener, para sentir para siempre que aunque el tiempo pase vamos a estar bien. Dame todos tus recuerdos, los que sean bien grandes y color pastel, para habitar tu silencio, resguardo del miedo y no envejecer. Dame el jardín de la casa, donde te criaste y creciste también, para poder ser tu infancia y verte jugando con India otra vez. Dame un paseo en el tiempo, que borre el pasado y quite el dolor, quiero escribir sin vocales, una frase tuya en alguna oración. Dame un castigo, un infierno, la angustia, la noche y la soledad, dame lo que me merezco, a cambio te pido: tu boca y no más. Dame un secreto contado, que cuando lo leas se borre el papel, dame un beso color rojo, como aquellos globos que siempre soñé. Dame las risas de antaño, aunque mientras tanto salga todo mal, vamos a ver en la tele el programa que siempre nos hace llorar. Dame un zorro que hable de rosas, que yo también domestiqué, lo esencial es invisible, dame El Principito leído en francés. Quiero escucharte cantarme, canciones que nunca llegué a conocer, de esas que como soy grande, las agarré tarde y me gustan también. Dame una vida soñada, aunque sea imperfecta no quiero saber, dame un refugio seguro, contra la tormenta que yo desaté. Quiero acunar tu tristeza, saberte despierta, saber que podes, quiero por darte mi vida, te juro chiquita volver a nacer.

Tal vez el cielo sea así, tenga el perfume de tu voz, y así aprendí a robar lunas para vos, que sirvan para volar al más allá. Ya no hay lugares donde estar, quiero besar tu tempestad y ahí descansar. Mi paraíso terrenal es un Domingo en tu mirar al despertar. Pueda ser que esta vez entre tu pelo flote todo el mar, y yo sume sin restar. Yo por vos todo y fui a buscar, entre tus labios un hogar donde morar. Te doy mi vida y una más, aunque no sepa demostrar la paz que das. No quiero nada si no estás, mi alma es oscura si te vas, una vez más. Julieta hermosa, la verdad, quiero con vos la eternidad para soñar Pueda ser que esta vez Entre tu pelo flote todo el mar, y yo sume sin restar Pueda ser que esta vez Entre mis manos puedas descansar, y yo te pueda abrazar. Tal vez el cielo sea así, tenga el perfume de tu voz

Cuando vinimos a La Plata, quizás buscando algún futuro mejor, no imaginé que llegaría el día, en que terminaría escribiendo esta canción. El primer recuerdo que tengo cuando el zoológico fuimos conocer, ese trencito, el pasaje a un mundo nuevo, el elefante ‘Pelusa’ me parece que fue ayer. Te rompias el alma de docente, allá en Berisso para darme un porvenir, fuiste como Rosarito Vera, esa maestra hermosa que me hiciste descubrir. Hablabas con la abuela en yiddish, para que yo no entienda porque no tenía edad, que a veces nos faltaba todo, pero siempre sobraba mucho amor y dignidad. La puta que duele la ausencia, es una herida que no cierra jamás, siempre al costado del camino, te veo, Vieja, y te extraño mucho más. Fin de febrero y a comprar el guardapolvo almidonarlo para que vaya al Normal. Cada semana y siempre por hablar mucho te acordás que mis maestras te mandaban a llamar. Tengo guardados los autitos de juguete, todos los Matchbox y los Duravit, que me comprabas al cobrar el aguinaldo, para que juegue en el patio y me olvide de sufrir. Cuando una tarde reventé de un pelotazo, el ventanal que daba al comedor, te dije que había sido gol de Trama, creo que no me creíste y ni gracia te causó. Ya de más grande cuando me llevó la cana, sin documentos por ir a un recital, recuerdo que cuando volví a casa, me miraste y me dijiste “por un mes no salís más” La puta que duele la ausencia, es una herida que no cierra jamás, siempre al costado del camino, te veo, Vieja, y te extraño mucho más. Después vinieron las pasiones y los discos, verte orgullosa escuchando tu canción, esa misma que te recordó a tus viejos, y que me encantó escribirte para darte la emoción. No te conté pero mientras la escribía, pasé una noche llorando sin parar, soñaba que quería que te guste, y que puedas por un rato tenerlos una vez más. Ahora quiero que venga alguien y escriba, una canción para tenerte yo a vos, por un instante aunque vivas dentro mío, unos mates mientras Greta se come algún malvón. Espero no haberte fallado, haber sido el hijo que soñaste tener. ya te lo dije Vieja antes de irte, “andá tranquila Amalia, vos me enseñaste a crecer”. La puta que duele la ausencia, es una herida que no cierra jamás, siempre al costado del camino, te veo, Vieja, y te extraño mucho más. La puta que duele la ausencia, es una herida que no cierra jamás, siempre al costado del camino, te veo, Vieja, y te extraño mucho más.

De nuevo estoy de vuelta después de larga ausencia igual que la calandria que azota el vendaval y traigo mil canciones como leñita seca recuerdo de fogones que invitan a matear. Y divisé tu rancho a orillas del camino adonde los jazmines tejieron un altar al pie del calicanto la luna cuando pasa peinó mi serenata la cresta del sauzal. Tu amor es una estrella con cuerdas de guitarra una luz que me alumbra en mi oscuridad acércate a la reja sos la dueña de mi alma sos mi luna cautiva que me besa y se va. Escucha que mis grillos están enamorados que hoy llora esta guitarra los lamentos del sauzal el tintinear de espuelas del río allá en el vado y una noche serena prendida en mi cantar. De nuevo estoy de vuelta mi tropa está en la huella arrieros musiqueros me ayudan a llegar tuve que hacer un alto por un toro mañero al pie del calicanto a orillas del sauzal. Tu amor es una estrella con cuerdas de guitarra una luz que me alumbra en mi oscuridad acércate a la reja sos la dueña de mi alma

Se cayó la tarde a pedazos, el agua trajo recuerdos por doquier, cuando era chico mi viejo era Meteoro, en el Mac 5 buscándolo a Rex. Esperaba fines de semana, para ver con él a Scooby Doo, y aunque no siempre venía, después de años una tarde volvió. Volvió también el recuerdo de mi vieja, lloramos juntos lo pronto que partió, ya somos grandes y dos hombres, saben que es tiempo de una reconciliación. Pasamos horas hablando, pude entender de a poco a mi Papá, el tiempo vuela y me hice grande, nunca es tarde para saber perdonar. Las noches en “La Vizcachera”, cuando era chico soñaba ser como él, si me tocaba “Merceditas”, me transportaba hasta Santa Fé. Más de una vez tocamos juntos, no compartimos el gusto por el rock, mi viejo critica a los Beatles, y yo le digo que nunca nada entendió. Eso no impidió que algunas veces, un escenario nos pudiera juntar, me presentó como su hijo, y vi a mi abuela orgullosa llorar. Pasamos horas hablando, pude entender de a poco a mi Papá, el tiempo vuela y me hice grande, nunca es tarde para saber perdonar. Mi viejo no entiende de fútbol, el otro día recién me confesó, que ahora mira a Estudiantes, y tiene colgada mi foto con Verón. Mi madre me guardó el recuerdo, de aquella zamba que mi papá escribió, cuando en la casa de mi abuelo sacaron la higuera en la que su infancia pasó . Cuando a los 10 tuve paperas, desde Casares alquiló un avión, para venir estar conmigo, y por un rato pareció un Rolling Stone. Recordamos como hace 40 años, “Isidorito” a su hermano bautizó, yo no había cumplido 10 meses, y a los boliches de gira en pijama me llevó. Pasamos horas hablando, pude entender de a poco a mi Papá, el tiempo vuela y me hice grande, nunca es tarde para saber perdonar. Hubo cumpleaños olvidados, hubo llamados que yo ansioso esperé, hoy ya no cuentan esas cosas, son las anécdotas de un tiempo que se fue. La vida corre en Super 8, como la infancia en la Plaza San Martín, el tiempo viaja en calesita, esa que un día aprendí a descubrir. Aprendí ahora siendo adulto, que no me importan libros que no me leyó, en el balance de mi vida, pesará siempre que esta vez no me falló. Pasamos horas hablando, pude entender de a poco a mi Papá, el tiempo vuela y me hice grande, nunca es tarde para saber perdonar.

Hay un cobertizo en el parque, donde el dolor se detiene, donde la vida no pregunta, donde soñás que se puede. Hay crayones rojos, colores, hay nubes y margaritas, y un jacarandá que florece, cada noche de tu vida. Hay un cobertizo en el parque, y un alma de mermelada, ordena todas tus muñecas, cuando se hace de mañana. Hay siempre una tarde soñada, cuando hay brisa entre las plantas, cuando las luces iluminan, cada rincón de tu casa. Las estrellas perfuman en tu piel, cada recuerdo que falta recorrer. Hay miradas sin lenguaje, las palabras son caricias, dentro tuyo están por siempre, te acunan con su sonrisa. Yo quiero marcar con birome, los recuerdos en tu vientre, ponerles nombre sin llamarlos, para que vivan por siempre. Dejame ser tu superhéroe, el que rescate del olvido, todas esas cosas bonitas, que te quite sin sentido. No importa si llueve en el cuarto, y hay relámpagos coloridos, no tengo temor de la muerte, cuando vos estás conmigo. Las estrellas perfuman en tu piel, cada recuerdo que falta recorrer. Dibujo en hoja invisible, la silueta de tu vida, quiero perderme dentro tuyo, y no encontrar la salida.

Nunca te dije pero cotidianamente, pienso Julieta en nuestra historia de amor, que se hizo vida con la luz de tus sonrisas, que se hizo carne en el cuerpo de los dos. Sos transparente como tarde en primavera, sos la confianza con perfume de mujer, mirada dulce, dignidad como bandera, la valentía que tenés para crecer. Si hay batallas vos sos Palas Atenea, las causas justas suelen ser tu vocación, esa energía bien regada de nobleza, muero de orgullo de sólo pensar en vos. Sos mi mundo, sos mi amor de tiempo eterno, las enseñanzas que siempre dejas en mí, sos la semblanza más perfecta de esperanza, sos la vida por la que quiero vivir. Eterna niña con tu vocecita hermosa, la princesita que también sabe gritar, ese sostén entre alergias y tristezas, un alma dulce que no para de brillar. Sos la certeza, inteligencia interminable, también las dudas con un poco de ansiedad, sos la templanza que da la paz duradera, la eterna calma y también la tempestad. Sos el motivo, con virtudes y defectos, sos la paciencia, el honor y la pasión, sos el ejemplo, sos esa mujer hermosa, que cada día me derrite el corazón. Sos mi mundo, sos mi amor de tiempo eterno, las enseñanzas que siempre dejas en mí, sos la semblanza más perfecta de esperanza, sos la vida por la que quiero vivir. Por todo eso, yo que nunca quise hijos, muero de ganas, quiero que me los des vos, sembrás mis días con semillas de familia, calmas mis ansias con tu dulce contención. Quiero cubrirte en un abrazo interminable, que retenga para siempre nuestro amor, del que salgan dos millones de arañitas, bien chiquitas, bien preciosas como vos. Compraremos un carrito para ellos, un anillo, dos remeras y un corcel, veinte gatos y un vestido de gitana, tres cerditos y un barquito de papel. Solo importa que tu risa sea su cuna, que tu vientre los proteja del dolor, dame lágrimas que sean de alegría, de saber que ya no solo seremos dos. Sos mi mundo, sos mi amor de tiempo eterno, las enseñanzas que siempre dejas en mí, sos la semblanza más perfecta de esperanza, sos la vida por la que quiero vivir. Igual perdono que robes mis M&M’S, que los hurtes y les des un mordiscón, siempre y cuando no haya rastros del delito y la excusa sea “porque te amo, glotón”. Julietita yo a vos te doy mi vida, sos tan hermosa que no logro adjetivar, las sensaciones que provocas en mi alma, muero por vos y no me importa nada más. Sos mi mundo, sos mi amor de tiempo eterno, las enseñanzas que siempre dejas en mí, sos la semblanza más perfecta de esperanza, sos la vida por la que quiero vivir.

Mírenme, soy feliz entre las hojas que bailan, cuando atraviesa el jardín el viento en monopatín. Cuando voy a dormir cierro los ojos y sueño, con el olor de un país florecido para mí. Yo no soy un bailarín porque me gusta quedarme, quieto en la tierra y sentir que mis pies tienen raíz. Una vez estudié en un librito de yuyo, cosas que sólo yo sé y que nunca olvidaré. Aprendí que una nuez es arrugada y viejita, pero que puede ofrecer mucha, mucha, mucha miel. Del jardín soy duende fiel cuando una flor está triste, la pinto con un pincel y le toco el cascabel. Soy guardián y doctor de una pandilla de flores, que juegan al dominó y después les da la tos. Por aquí anda Dios con regadera de lluvia. o disfrazado de sol asomando a su balcón. Yo no soy un gran señor, pero en mi cielo de tierra, cuido el tesoro mejor mucho, mucho, mucho amor. Mírenme, soy feliz entre las hojas que bailan, cuando atraviesa el jardín el viento en monopatín. Cuando voy a dormir cierro los ojos y sueño, con el olor de un país florecido para mí. Yo no soy un gran señor, pero en mi cielo de tierra, cuido el tesoro mejor mucho, mucho, mucho amor.

Hay pasiones que vienen de antes, no las marca ningún reloj, siempre y cuando me dejes quedarme, yo te espero para dormir con vos. Me miraste y no llegué a enterarme, tu boca y no existe el adiós, que haga frío y nos hierva la sangre, yo te espero para dormir con vos. Para soñar el sueño eterno entre tus brazos, entre canciones que suenen en mi menor, para decirte siempre soñá que se puede, parar la lluvia que te inunda el corazón. Almanaques que dejen amarte, que marquen los días de a dos, que en Martínez no amanezca antes, yo te espero para dormir con vos. Son tus besos el infierno del Dante, la suerte de no creer en dios, estornudos de amor en el aire, yo te espero para dormir con vos. Para soñar el sueño eterno entre tus brazos, entre canciones que suenen en mi menor, para decirte siempre soñá que se puede parar la lluvia que te inunda el corazón. En Carmelo no existen los martes, vamos, no digas que no. dice Noel que extraña extrañarte, yo te espero para dormir con vos. Madrugada y necesito abrazarte, deseos que arden con alcohol, no demores, si hay amor nunca es tarde, yo te espero para dormir con vos. Para soñar el sueño eterno entre tus brazos, entre canciones que suenen en mi menor, para decirte siempre soñá que se puede parar la lluvia que te inunda el corazón. Las sonrisas de “Cuando sea Grande” siete abrazos que viven en vos, que la luna guarde nuestros recuerdos, nena hermosa dame vida de a dos.

El otro día, un Domingo por la tarde, volví a la cancha, esa que me vio crecer, Saltaba al césped aquel glorioso Estudiantes, Campeón eterno ’82 y ’83. Pasaron 30 y el recuerdo sigue intacto, aquel equipo que jugaba con tres diez, sobraba magia estaba Alejandro Sabella, poeta zurdo que te hacía conmover. La vieja escuela de Estudiantes de La Plata, las viejas mañas que el Maestro transmitió. Grita el Dr. “dale písalo que están muertos” Es el equipo del Narigón. Centro de Ponce, mete Brown el cabezazo, Julián Camino barre el fondo y a guardar, Entra Gugnali por Abel Ernesto Herrera, Hugo Gottardi goles para emocionar. El Yacaré que preparaba a los muchachos, Trobbiani, Agüero, va Delménico a volar, Lemme, Gurrieri, con Russo, Manera y Gette, Raúl Correbo que te invitaba a soñar. La vieja escuela de Estudiantes de La Plata, las viejas mañas que el Maestro transmitió. Grita el Dr. “dale písalo que están muertos” Es el equipo del Narigón. Benitez, Llane, Rezza, Vieta y Astudillo, Mendez, Landucci, Tevez, Craviotto, Islas, Perazzo, Guaita, Malvarez y Jeanotteguy, Sergio García que comenzaba a atajar. Siempre la oreja estaba pegada a la radio, esos recuerdos están vivos otra vez, aquella noche, la del 3 a 3 a Gremio, 8 de Julio de 1983. La vieja escuela de Estudiantes de La Plata, las viejas mañas que el Maestro transmitió. Grita el Dr. “dale písalo que están muertos” Es el equipo del Narigón. Si alguna tarde pasas por Avellaneda, no les preguntes si recuerdan que pasó. Solo contales que Guillermo José Trama, Nos dio la gloria con su perfume de gol. Marcaba el Prócer desde el banco de suplentes, primer equipo que yo pude ver campeón, pizarra, tiza y el corazón bien caliente, Resultadista, Bilardista y Ganador. La vieja escuela de Estudiantes de La Plata, las viejas mañas que el Maestro transmitió. Grita el Dr. “dale písalo que están muertos” Es el equipo del Narigón. La vieja escuela de Estudiantes de La Plata, Carlos Bilardo enseñando la lección. “dale písalo, pinchá el fútbol que están muertos” Es el equipo del Narigón.

Aprendimos a quererte desde la histórica altura donde el sol de tu bravura le puso un cerco a la muerte. Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia Comandante Che Guevara. Tu mano gloriosa y fuerte sobre la historia dispara cuando todo Santa Clara se despierta para verte. Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia Comandante Che Guevara. Vienes quemando la brisa con soles de primavera para plantar la bandera con la luz de tu sonrisa. Aquí se queda la clara, La entrañable transparencia, De tu querida presencia Comandante Che Guevara. Tu amor revolucionario que conduce a nueva empresa donde espera la firmeza de tu brazo libertario. Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia Comandante Che Guevara. Seguiremos adelante como junto a ti seguimos y con Fidel te decimos: ‘Hasta siempre Comandante’ Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia Comandante Che Guevara.